Eh, venga, no seas tonta.
Tienes bajones, como todos. Pero por eso, hazme caso, que no se va a acabar el mundo. Vas a salir de esta, no es para tanto, muchas personas se enfrentan a su propio infierno día a día. ¿No vas a poder superar sólo una noche?
Vale, que sí. Puede que esto no sea de una noche, ni de unos días.. Puede que sea de meses o años… ¿Nunca oíste eso de que después de la tormenta siempre llega la calma? Pues hazme caso que pasará, que lograrás sonreír, conseguirás decir que estás bien sin necesidad de mentir.
Eso sí, si no quieres estar mal tienes que poner de tu parte, pequeña. Tienes amigos que están ahí, a tu lado, pero les tienes que dar la oportunidad de ayudarte. Tienes que dejarles que te escuchen, para sentirte escuchada. Hace bien, te lo aseguro.
Puede que ahora lo veas todo oscuro, que creas que no puedes seguir adelante, que tienes miedo de que las cosas sean como antes o de que sigan como hasta ahora. Pero algún día saldrás de ahí, recordarás el pasado como una época en la que no dejaste de aprender, aunque fuera a base de golpes.
No te preocupes, muchos nos hemos sentido como tú en estos momentos. Hemos pensado que no íbamos a salir, que nuestros padres no nos comprendían, que estábamos solos, que tal vez lo mejor sería desaparecer, cometer un acto de cobardía.
Hay personas que se cortan, entiendo que esa sea su forma de evadirse, de pasar por un momento del dolor psicológico. Pero no se dan cuenta de que los hospitales están llenos de personas, de niños, luchando por la vida que esa persona está intentado salir.
Al fin y al cabo, todos en algún momento lo hemos pasado mal. Algunos más que otros. Pero hay que guardar la esperanza. Saber que no todo está perdido. Que aún se puede ser feliz, tienes toda una vida por delante para serlo.
Puede también que pienses que estarás sola durante toda tu vida, que a mi me ha pasado, que no vas a encontrar “a tu media naranja”… Pero no. Me enamoré una vez y me juré y perjuré que sería la última. Y al cabo de dos años, encontré a un chico que era justamente lo que buscaba, lo que necesitaba. Era esa persona con la que podía complementarme. Que me apoyaba y que me hacía feliz. También he de decir que no acabó para nada bien. Ahora no hablamos, y la consecuencia de esa “relación” fue que ahora no confíe, que tenga miedo de hacerlo, que esté menos abierta a encontrar a otra persona.
Desde que lo dejamos, claro que he estado con otras personas, pero tampoco me he preocupado, porque sé que con esas personas no me complementaba, sé que no eran para mí, que aún no había encontrado a esa persona imperfecta para mí. Imperfecta, sí. Porque si queréis encontrar a esa persona… Creedme que no lo vais a hacer si buscáis al chico o chica perfecta, porque os advierto de antemano que no existe… A si que olvidaros de esos príncipes y princesas, de esos prototipos de pareja ideal que prometen en los cuentos que nos leían de pequeños, que no todo es blanco o negro. Que puede que esa otra persona sea alguien de tu mismo sexo, no te asustes si pasa eso. Tal vez estés más a gusto con alguien así.
Enana, confía en mi y hazme caso, que algún día serás feliz.